1. Comunícate y escucha a tus hijos
Los niños necesitan que se manifieste interés por ellos, necesitan sentirse importantes para sus seres queridos. Escuchar qué tienen que decir, sus vivencias y preocupaciones, implica que nos preocupamos e interesamos por ellos.
Asimismo, el adulto debe compartir también sus pensamientos y emociones de manera que se manifieste confianza y se permita un vínculo estrecho. Es muy importante hablar con los hijos y no a los hijos.
2. Comparte y pasa tiempo con ellos
La presencia o ausencia de una figura parental concreta es un factor muy influyente en el desarrollo de un niño o niña.
Aún si por aspectos laborales no es posible un contacto continuado, el tiempo que se pasa con los hijos debe ser enriquecedor y activo de manera que se viva como algo motivador e ilusionante. Habla, lee, juega, enséñales cosas o haz excursiones con ellos.
3. Da ejemplo
Es sencillo decirle a alguien lo que debe hacer, pero lo que se termina aprendiendo es lo que vemos hacer a los demás. Nuestros hijos imitarán el comportamiento que observen en el hogar. Debemos hacer que nuestro discurso y nuestros actos vayan de la mano con el fin de que el niño aprenda en base a la coherencia.
Asimismo, actividades como realizar las tareas del hogar, leer o hacer deportes son llevados a cabo con facilidad si el niño observa que sus figuras de referencia suelen llevarlas a cabo.
4. Demuestra afecto
Se ha demostrado que el hecho de que ambos progenitores lleven a cabo muestras de cariño con sus hijos mejora el nivel de felicidad y autoestima de éstos últimos. Manifestar tu cariño y afecto por tus hijos de forma directa es algo esencial. Provoca que los niños se sientan aceptados y queridos.
Se trata de hacerles ver que se les quiere de forma incondicional. También aprenden a mostrar afecto hacia los demás y que dicha expresión no resulta inadecuada o vergonzosa.
5. Establece límites
Es imprescindible que el niño tenga unos límites marcados (si bien flexibles), de cara a saber qué hacer y hasta dónde pueden llegar. Ser excesivamente permisivo hará que no tenga un patrón por el cual guiar su conducta.